Mitos, miedos, tabúes, trabajo y mucha pasión detrás de una profesión poco común que suele ser cada día más consultada: ser tatuador.
Un mediodía de jueves de mucho calor, acordamos una entrevista a Daggers Tattoo, al entrar se puede notar perfiles muy diferentes de dos artistas que conviven en un pintoresco local ambientado por la “vieja escuela”.
Mario Ojeda dibujando sobre su escritorio lo que seguramente pronto se convertirá en un tatuaje y Andrés Chuaniuk desde el mostrador viendo en la pantalla un live de The Offspring, parece una mañana tranquila pero nunca lo es para los Daggers, “en 45 minutos arrancan los turnos” se escucha, es sinónimo de arrancar la nota pronto.
Andrés y Mario crean un clima lindo entre música, dibujos por doquier y asientos cómodos.
P: ¿Hay alguna formación (reglada o no) para llegar a ser un tatuador profesional?
M: “Más que nada de dibujo, para saber lograr lo que es la sombra, las luces, eso sería lo primordial, creo yo”.
A: “Si, concuerdo, todo lo que esté referido al arte visual, dibujo, pintura, escultura, todo eso te lleva a buscar un buen tatuaje, no hay una formación de tatuador hoy en día”.
P: Hace años, existía cierto prejuicio hacia las personas tatuadas y los tatuadores, ¿piensan que esta situación cambió?, ¿Se pueden dar ejemplos personales de eso?
M: “Hoy en día ha cambiado todo, la cabeza de la gente se ha abierto, gracias a los medios de comunicación, a la tele, todo un poco. Si ves artistas, músicos, jugadores de futbol, gente de la farándula es más familiar, antes solo venía el muchacho de pelo largo barbudo a tatuarse, ahora vienen en familia, de todas clases de familia, por supuesto que lleva un par de años más, pero vamos por buen camino”
A: “Lo que hoy en día fue abriendo la mente son también programas de tatuajes, realities, ver a un Marcelo Tinelli Tatuado, eso entró en un público que antes por ahí le gustaba pero que no se animaba por viejos tabúes. Y es verdad que antes había todo un prejuicio, a un tatuador lo encontrabas en una cueva y hoy es un artista que atiende a todo el público”
P: ¿Se acuerdan a que edad hicieron su primer tatuaje y que hicieron?
M: “hace muchos años, mi primer tatuaje fue un caballito de mar, si mal no recuerdo creo que tenía 19 o 20 años más o menos”
A: “A los 17 hice un tatuaje yo solo que aún no lo recuerdo”
P: ¿Creen que al crecer la cantidad de tatuados/as es producto de una moda o es la necesidad que tiene la gente de comunicar cierto tipo de arte para lucirla?
M: “Son ambas cosas, están los que siguen tendencias, moda, están los que vienen por una frase o el logo de un infinito y están quienes les gusta lucirlo en el cuerpo como una obra de arte y eso está muy bueno”
A: “Yo creo que cada persona es un mundo aparte, cada uno lo toma de cierta forma; artística, personal o como una moda y no está mal, al contrario, esto es libre”
P: ¿Se tiene una doble presión al saber que el lienzo donde trabaja es la piel y que el arte quedará plasmado para siempre o ya es algo que sale natural?
M: “Si, tal cual, el desafío está todos los días y tenemos la responsabilidad como artistas que la persona se vaya contenta de su tatuaje porque es para toda la vida. De nuestra parte se trabaja en óptimas condiciones tanto en higiene como en seguridad para que salga todo bien, ese es el punto.”
A: “La presión también está en lo que a uno más le gusta hacer como por ejemplo en los estilos, cuando por ahí gusta mucho un determinado estilo o diseño uno tiene más presión porque quiere demostrar lo bien que se trabaja. No es lo mismo para mi hacer una frase que hacer algo mas realista, es otro tipo de presión”
P: ¿Creen que, dentro del sector del tatuaje, se puede crecer, se puede evolucionar aún más de lo que se evolucionó?
M: “Con los años se ha evolucionado muchísimo en todo sentido, tanto en el acabado del tatuaje, en el realismo que se ha logrado, en las maquinas, en los pigmentos, todo evolucionó para bien. Hoy en día existe un acabado hiperrealista muy groso.”
A: “La evolución la veo como en cualquier rama, no hay límites en tatuajes pinturas, música y demás, cada vez hay más formación artística. Soy de los que creen que no hay límites, no hay fronteras, en esta rama y en cualquier otra del arte.”
P: ¿Tienen algún estilo preferido, una especialización que les guste tatuar más que otra? ¿Por qué?
M: “Básicamente el que más me gusta es el tradicional americano, es un estilo que lleva una línea consistente, dura y colores bien plenos. Me gusta más por ser muy expresiva, expresa mucho sentimiento lo tradicional, es directo, es impactante.”
A: “Yo soy más experimental, trato de hacer más realismo, ahora estoy con lo que refiere a color, trato de no encerrarme en un estilo que me guste sino en experimentar algo nuevo siempre.”
P: Tatuar: ¿Pasa por talento, por práctica, tiene que ver con ambas?
M: “Lleva todo, esa es mi opinión. Es práctica, es constancia, mucha pero mucha constancia, si le das, llegas. Lógicamente están los tocados con la varita que tienen otra mano diferente, pero creo que cualquiera puede llegar con trabajo y constancia.”
A: “Yo lo relaciono a una pasión, te tiene que apasionar también, más allá del talento y demás te tiene que gustar y está ahí el secreto.”
P: La pregunta que más les habrán hecho es ¿Qué fue lo más raro por dibujo o por zona que tatuaste?, bueno, nosotros también te la hacemos…
M: “Una mañana estaba limpiando en el local, entró el cliente, se sentó y me dijo que quería hacerse un punto, fue raro. Un punto debajo de la barba, fueron 2 segundos, le pregunté el porqué del tatuaje y medio que me esquivó la respuesta, se rió, me cambió de tema, pero lo importante que se fue contento con su punto.”
A: “Cuando me hacen esa pregunta siempre cuento la misma historia. A una señora de 70 años aproximadamente que no tenía ni un solo tatuaje se terminó tatuando en el antebrazo un pene con alas y aureola, una especie de símbolo para recordar a su marido”.
Daggers Tattoo se encuentra abierto de lunes a sábados de 10 a 20hs en su local de Av. Peron 1195, San Miguel y cuenta con peluquería y barbería.